Javier Sierra
Les propongo una solución histórica a un problema crónico de los hogares latinos de todo el país.
Empecemos con el problema. Según la Administración de Información sobre Energía, casi un tercio de los hogares del país sufre a la hora de pagar sus cuentas de energía. El 14% ha recibido notificaciones de desconexión de la electricidad y el 10% mantiene la temperatura interior a niveles inseguros para reducir costos. En general, de este tercio, el 40% es latino.
La llamada carga energética—el porcentaje de los ingresos de un hogar dedicado a pagar por la energía consumida—es mucho más pesada para nuestra gente. Un estudio de la Universidad de Indiana reveló que dos de cada cinco latinos no pudieron pagar una de sus cuentas eléctricas y al 18% de los consumidores latinos les desconectaron la electricidad. En resumen, la carga energética de los hogares latinos es un 20% más alta que la de los hogares blancos.
Esta carga también pesa sobre la salud de nuestras familias. Según multitud de estudios, incluyendo uno de la Junta de Recursos Atmosféricos de California, el consumo de combustibles fósiles para cocinar, calentar el aire o el agua, o secar la ropa contribuye a sufrir asma, enfisema, males coronarios y hasta muerte prematura. Y las comunidades de color, incluyendo la nuestra, sufren desproporcionadamente los efectos de esta contaminación. Según un estudio de la Universidad de Stanford, la contaminación de las estufas de cocina causa unos 200,000 casos de asma infantil anuales, y nuestros hogares están un 20% más expuestos a esta contaminación que la media nacional.
La solución radica en electrificarlo todo, y para ello, la histórica Ley de Reducción de la Inflación (IRA) ofrece cientos de miles de millones de dólares para que las familias del país adquieran adquieran electrodomésticos eléctricos más eficientes y limpios, realicen mejoras para hacer sus hogares más eficaces, adquirieran vehículos eléctricos, protejan su salud y se beneficien de la creación de millones de buenos empleos.
¿Cómo informarse sobre todos estos reembolsos, descuentos, créditos fiscales, etc.? La organización nacional Rewiring America tiene disponible una calculadora bilingüe para orientar a los consumidores sobre qué, cómo y cuándo realizar mejoras dentro y fuera del hogar ahorrando dinero y contaminación.
El 40% de las inversiones de la ley IRA está destinado a comunidades en desventaja, de bajos ingresos, que son las que más sufren por la contaminación de los combustibles fósiles y la crisis climática que causan.
Por ejemplo, para comprar un nuevo aparato de aire acondicionado o calefacción de tecnología aerotérmica, la ley ofrece un 30% en créditos fiscales sobre el precio del aparato. Y una vez que funcione, esa familia ahorrará cientos de dólares anuales porque esta tecnología es mucho más eficiente.
Para climatizar su hogar con ventanas y puertas supereficientes, la ley cubre el 30% del costo por medio de créditos fiscales, más los futuros ahorros al necesitar menos calefacción y aire acondicionado. En general, las familias que aprovechen los créditos fiscales de la IRA pueden ahorrar más de $1,000 anuales.
La ley ofrece un descuento de hasta $7,500 por un vehículo eléctrico nuevo y hasta $4,000 por uno usado, más los cientos de dólares en ahorros anuales por ser opciones mucho más eficientes.
Las cuatro Cs resumen las enormes ventajas de electrificar nuestras vidas:
– Confort de vivir en hogares más saludables y económicos.
– Costos menores al realizar mejoras en el hogar.
– Comunidades más limpias y saludables.
– Clima más seguro eliminando los combustibles fósiles.
Javier Sierra es portavoz de Rewiring America.
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